mayo 18, 2003
I
Lo c�modo que resulta escribir de s� mismo en tercera persona.
Mr Phuy deambula por la Red como cualquiera y echa a andar sus h�bitos, en la turbulencia y la contracara de la conexi�n telef�nica, que est� para llorar. Visita sitios de inter�s, de su inter�s, que hall� concatenando b�squedas, a los que entra con arrogante gesticulaci�n y de los que sale cada vez m�s due�o.
Mr Phuy colecciona sus password y los cambia mensualmente, por el temor de que un mani�tico al otro lado del espejo se las ingenie en dar con �l. Recientes fueron tucoide, eyruuud, vayavaya y hostess. Cada que lo cambia, sonr�e y entrecierra los ojos, sabiendo que volvi� a confundir al hipot�tico descrifrador.
Es el S�ndrome del Naha: imaginarse como una mariposa que sobrevuela el jard�n, a la que persiguen varios ni�os, unos con redes y otros menos pudientes con la mano limpia. Justo cuando van a atraparla muta su identidad y de pronto muta en el ni�o, festejando la captura de lo que antes fue, sumergiendo al cole�ptero a un ba�o de cloroformo y clav�ndole alfileres.
Sitios frecuentes, que dejan la cabeza hueca. No hueca y ya. Hueca en el m�s puro estilo arquitect�nico, con el n�rtex y el t�mpano de las primeras b�vedas, tan hueca y espaciosa que en su interior hay un andamio colgado, siempre listo, donde Mr Phuy se trepa con un frapuchino y pasa horas decorando la c�pula, en un ejercicio renacentista y muy estimulante.
II
Aproximado, porque nunca fue.
Desde el cambio de administraci�n y el nombramiento de nuevos editores en abril, Sobreviviente Reich vive un periodo confuso. No acabo de entender. Fue una triste sorpresa hallar se�ales de censura, nunca antes vistas en este diario virtual, cuando se tach� de inconveniente la opini�n del sacerdote alem�n Claude Volmoller, a quien acusaron de haberse tomado excesiva libertad en la definici�n del marco hist�rico de su ensayo "Se�or�os territoriales".
Un banner preventivo anunciaba que, tras una pl�tica infructuosa con Volmoller, se le hab�a despedido por respeto a los visitantes y lectores del sitio, pues cit� fuentes inexactas y tradujo fragmentos de las ep�stolas paulistas en forma ventajosa. Escribi� por ejemplo, que esa semana se cumpl�an exactamente 2000 a�os de que San Pablo se emborrach� por primera vez, sin argumento probatorio.
No dudo que Vomoller ejerciera el oficio a doble mano, que a todos nos gusta. Pero se le trat� como malhechor. M�s triste fue ver la expulsi�n del gran Vidal Legge, as� como la inmediata desaparici�n de su columna Los aut�matas a mediados de mayo. En Los aut�matas encontr� un activista del absurdo, un mentiroso compulsivo y at�mico, un inofensivo de cuidado, con opiniones sumamente atrevidas y, sobre todo, con un fino sentido de desmitificaci�n para temas acabados que los hac�a ver rid�culos.
S�lo menciono, para no empalagar, que m�s de un a�o antes de que Discovery Channel publicara sus documentales sobre las especies animales del futuro, Legge hab�a escrito con reverenda sa�a que los calamares ser�an la especie dominadora del planeta y edificar�an su propia civilizaci�n dentro de 1 mill�n de a�os.
Legge prometi� para verano un web site independiente donde explayar sus bizarras teor�as de lo divino. Lo invit� a escribir su propio blog, recomend�ndole se diera una vuelta por el tianguis de Blogger organizado en Alabama, donde pude conocerlo, pero la idea no lo sedujo del todo. Dijo que dedicar�a su tiempo a culminar una tesis que ya tiene oferta de publicaci�n en Italia. Promete ser un texto revolucionario, o al menos suficientemente ruidoso para la curia cat�lica romana, pues el objeto de estudio son tres abigarradas conclusiones de fe:
a) Dios existe,
b) Es fundamentalmente creador,
c) Pero tambi�n es son�mbulo y fue en una de sus levantadas cuando ide� la cadena de acontecimientos que dieron lugar al hombre. Cuando despert�, el hombre segu�a ah�.
El buen Legge. Ciudadano infalible. Sobreviviente Reich �el diario del que fue pionero en 1995� lo public� por �ltima vez el 13 de mayo cuando abord� la pornograf�a extrema en Internet, un tema com�n hasta el enfado, con el acento de mortificaci�n que ha sido su patente. Los cibernautas se volcaron al art�culo de Legge en forma inmediata y euf�rica, en especial al r�nking punitivo de web sites porno que se mantuvo en l�nea tres d�as y recibi� 124,093 visitas. Una cifra gal�ctica si se toma en cuenta que Reich vive de un nicho especializado y reducido de suscriptores.
El giro de criterios en Sobreviviente Reich coincide (y hace eco) con el caso at�pico de Jayson Blair, el reportero de The New York Times que esta semana fue desenmascarado y despedido por haber falsificado informaci�n en las p�ginas de su diario.
Volmoller y Legge han sido, por el contrario, v�ctimas de los dirigentes de su empresa, que traman seguir cortando cabezas sin detenerse a medir el riesgo. Riesgo de que sus lectores fidelizados, como Maureen Slattek y Mr Phuy, se desencanten y tomen la fatal decisi�n de hacer clic en Cancel my suscription, como sucedi� hace diez minutos.
III
Mira t�.
Para matar la curiosidad, basta decir que Legge ubic� en lo m�s alto del p�dium de sitios porno a Gestus and Rictus. Cientos de galer�as de violencia costumbrista en las que un actor masculino zambulle lo que puede al interior de j�venes voluntarias, en posiciones de relevo y emplazamiento, t�cnicas de astrolabio y p�ndulo, dej�ndolas al final de la fiesta como Romario dejaba a los porteros, con un tibio nudo en la conciencia y la pelvis de hisocaedro.
El segundo lugar pertenece a Blacks on Bombshells, el web site hegem�nico de sexo interracial que literalmente imanta a sus visitantes con chicas de piel clara que se brindan a mastodontes de alcance metaf�sico. Inolvidable la letan�a de acusaciones. En un extenso y colorido p�rrafo donde se mezclan la admiraci�n y la condena, Legge explic� que los miles de suscriptores que pagan el acceso privilegiado, no hacen sino responder a un sentido irreconciliable de la especie humana con sus or�genes, en lo que, por cierto, no estoy de acuerdo.
�Es un regreso del conquistador urbano m�s all� del oc�ano, de vuelta a las cavernas", escribi� Legge en el art�culo que afortunadamente grab�, pues Sobreviviente Reich lo intervino y es imposible volver a bajarlo. �Esos actores la gozan a cambio de 500 d�lares, pero un refugio es un refugio", concluy� Legge.
En la cima de su ira, merodeando el tono jur�dico-inquisitorio de las bulas papales, Vidal Legge se vale de uno de los actores fotografiados en el sitio, el cual muestra en el hom�plato derecho un tatuaje propio del Siglo XVIII para ilustrar, ni m�s ni menos, la Divina Comedia. Legge simplifica el batazo cerebral de la pornograf�a como nebulosa para la conducta, y encarniza su ira en el bastante bien dotado actor, que parece no estar pas�ndola mal con dos rubias, a quien primero evade con art�culos neutros y finalmente describe como �inconmensurable circunciso".
. . . . . . . . . . .
Comentarios a:
mr_phuy@mail.com
Lo c�modo que resulta escribir de s� mismo en tercera persona.
Mr Phuy deambula por la Red como cualquiera y echa a andar sus h�bitos, en la turbulencia y la contracara de la conexi�n telef�nica, que est� para llorar. Visita sitios de inter�s, de su inter�s, que hall� concatenando b�squedas, a los que entra con arrogante gesticulaci�n y de los que sale cada vez m�s due�o.
Mr Phuy colecciona sus password y los cambia mensualmente, por el temor de que un mani�tico al otro lado del espejo se las ingenie en dar con �l. Recientes fueron tucoide, eyruuud, vayavaya y hostess. Cada que lo cambia, sonr�e y entrecierra los ojos, sabiendo que volvi� a confundir al hipot�tico descrifrador.
Es el S�ndrome del Naha: imaginarse como una mariposa que sobrevuela el jard�n, a la que persiguen varios ni�os, unos con redes y otros menos pudientes con la mano limpia. Justo cuando van a atraparla muta su identidad y de pronto muta en el ni�o, festejando la captura de lo que antes fue, sumergiendo al cole�ptero a un ba�o de cloroformo y clav�ndole alfileres.
Sitios frecuentes, que dejan la cabeza hueca. No hueca y ya. Hueca en el m�s puro estilo arquitect�nico, con el n�rtex y el t�mpano de las primeras b�vedas, tan hueca y espaciosa que en su interior hay un andamio colgado, siempre listo, donde Mr Phuy se trepa con un frapuchino y pasa horas decorando la c�pula, en un ejercicio renacentista y muy estimulante.
II
Aproximado, porque nunca fue.
Desde el cambio de administraci�n y el nombramiento de nuevos editores en abril, Sobreviviente Reich vive un periodo confuso. No acabo de entender. Fue una triste sorpresa hallar se�ales de censura, nunca antes vistas en este diario virtual, cuando se tach� de inconveniente la opini�n del sacerdote alem�n Claude Volmoller, a quien acusaron de haberse tomado excesiva libertad en la definici�n del marco hist�rico de su ensayo "Se�or�os territoriales".
Un banner preventivo anunciaba que, tras una pl�tica infructuosa con Volmoller, se le hab�a despedido por respeto a los visitantes y lectores del sitio, pues cit� fuentes inexactas y tradujo fragmentos de las ep�stolas paulistas en forma ventajosa. Escribi� por ejemplo, que esa semana se cumpl�an exactamente 2000 a�os de que San Pablo se emborrach� por primera vez, sin argumento probatorio.
No dudo que Vomoller ejerciera el oficio a doble mano, que a todos nos gusta. Pero se le trat� como malhechor. M�s triste fue ver la expulsi�n del gran Vidal Legge, as� como la inmediata desaparici�n de su columna Los aut�matas a mediados de mayo. En Los aut�matas encontr� un activista del absurdo, un mentiroso compulsivo y at�mico, un inofensivo de cuidado, con opiniones sumamente atrevidas y, sobre todo, con un fino sentido de desmitificaci�n para temas acabados que los hac�a ver rid�culos.
S�lo menciono, para no empalagar, que m�s de un a�o antes de que Discovery Channel publicara sus documentales sobre las especies animales del futuro, Legge hab�a escrito con reverenda sa�a que los calamares ser�an la especie dominadora del planeta y edificar�an su propia civilizaci�n dentro de 1 mill�n de a�os.
Legge prometi� para verano un web site independiente donde explayar sus bizarras teor�as de lo divino. Lo invit� a escribir su propio blog, recomend�ndole se diera una vuelta por el tianguis de Blogger organizado en Alabama, donde pude conocerlo, pero la idea no lo sedujo del todo. Dijo que dedicar�a su tiempo a culminar una tesis que ya tiene oferta de publicaci�n en Italia. Promete ser un texto revolucionario, o al menos suficientemente ruidoso para la curia cat�lica romana, pues el objeto de estudio son tres abigarradas conclusiones de fe:
a) Dios existe,
b) Es fundamentalmente creador,
c) Pero tambi�n es son�mbulo y fue en una de sus levantadas cuando ide� la cadena de acontecimientos que dieron lugar al hombre. Cuando despert�, el hombre segu�a ah�.
El buen Legge. Ciudadano infalible. Sobreviviente Reich �el diario del que fue pionero en 1995� lo public� por �ltima vez el 13 de mayo cuando abord� la pornograf�a extrema en Internet, un tema com�n hasta el enfado, con el acento de mortificaci�n que ha sido su patente. Los cibernautas se volcaron al art�culo de Legge en forma inmediata y euf�rica, en especial al r�nking punitivo de web sites porno que se mantuvo en l�nea tres d�as y recibi� 124,093 visitas. Una cifra gal�ctica si se toma en cuenta que Reich vive de un nicho especializado y reducido de suscriptores.
El giro de criterios en Sobreviviente Reich coincide (y hace eco) con el caso at�pico de Jayson Blair, el reportero de The New York Times que esta semana fue desenmascarado y despedido por haber falsificado informaci�n en las p�ginas de su diario.
Volmoller y Legge han sido, por el contrario, v�ctimas de los dirigentes de su empresa, que traman seguir cortando cabezas sin detenerse a medir el riesgo. Riesgo de que sus lectores fidelizados, como Maureen Slattek y Mr Phuy, se desencanten y tomen la fatal decisi�n de hacer clic en Cancel my suscription, como sucedi� hace diez minutos.
III
Mira t�.
Para matar la curiosidad, basta decir que Legge ubic� en lo m�s alto del p�dium de sitios porno a Gestus and Rictus. Cientos de galer�as de violencia costumbrista en las que un actor masculino zambulle lo que puede al interior de j�venes voluntarias, en posiciones de relevo y emplazamiento, t�cnicas de astrolabio y p�ndulo, dej�ndolas al final de la fiesta como Romario dejaba a los porteros, con un tibio nudo en la conciencia y la pelvis de hisocaedro.
El segundo lugar pertenece a Blacks on Bombshells, el web site hegem�nico de sexo interracial que literalmente imanta a sus visitantes con chicas de piel clara que se brindan a mastodontes de alcance metaf�sico. Inolvidable la letan�a de acusaciones. En un extenso y colorido p�rrafo donde se mezclan la admiraci�n y la condena, Legge explic� que los miles de suscriptores que pagan el acceso privilegiado, no hacen sino responder a un sentido irreconciliable de la especie humana con sus or�genes, en lo que, por cierto, no estoy de acuerdo.
�Es un regreso del conquistador urbano m�s all� del oc�ano, de vuelta a las cavernas", escribi� Legge en el art�culo que afortunadamente grab�, pues Sobreviviente Reich lo intervino y es imposible volver a bajarlo. �Esos actores la gozan a cambio de 500 d�lares, pero un refugio es un refugio", concluy� Legge.
En la cima de su ira, merodeando el tono jur�dico-inquisitorio de las bulas papales, Vidal Legge se vale de uno de los actores fotografiados en el sitio, el cual muestra en el hom�plato derecho un tatuaje propio del Siglo XVIII para ilustrar, ni m�s ni menos, la Divina Comedia. Legge simplifica el batazo cerebral de la pornograf�a como nebulosa para la conducta, y encarniza su ira en el bastante bien dotado actor, que parece no estar pas�ndola mal con dos rubias, a quien primero evade con art�culos neutros y finalmente describe como �inconmensurable circunciso".
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mr_phuy@mail.com
mayo 4, 2003
Odio a la pantera de los Cheetos. Le tengo repulsi�n. Su hiperactividad y esp�ritu alienado se mete como un anzuelo en mi interior, hojea en el subconsciente y remueve no s� qu� historias de la infancia que permanecen, por fortuna, bloqueadas. Maldita, incontenible, irradia un mix de sensaciones que literalmente me inhibe y hace voltear la cabeza. N�usea existencial.
Ch�ster me electriza. De ello me enter� en 1998, gracias a un comentario de Rafa en un vag�n del Trolley, en San Diego. Ven�amos de soportar una mala, muy mala conferencia de Brian Inglewood titulada De vuelta en Cleveland: La momificaci�n del abuelo paterno, a la que hab�amos acudido por invitaci�n del Morm�n, amigo para ciertos d�as y ciertos t�picos, quien rara vez se equivoca pero esa ocasi�n resbal�. No lo culpo. Con su presentaci�n en la Universidad de San Diego, Inglewood daba por terminada una gira que se cacare� efusivamente en estaciones de radio independientes, atrajo a miles de estudiantes y se pas� de tueste.
Al regreso, caminando en un r�o humano a la estaci�n del Trolley, comentamos decepcionados el discurso envejecedor de Inglewood, que el Morm�n se atrevi� a defender con el aire terco que lo caracteriza y que nos hace alejarnos peri�dicamente de �l. Fueron tres horas. El hambre dol�a.
�Aunque sea unos Cheetos �dijo el Morm�n.
Minutos despu�s ten�amos los dedos emplastados de amarillo y vino la cinem�tica visi�n de Rafa sobre la textura hedionda de aceite con queso y "su pantera maniaca", como la llam�.
�No es pantera, es chita �dije, o deb� decir.
No fue un momento cualquiera. Eran los d�as de recesi�n y censura para los frailes del sur de California, poco antes de la rebeli�n. Los d�as pol�micos del cacao, el whiskey a cubetazos, la vereda llena de pel�culas indie y ese precioso �lbum doble de Egyptians Everywhere que a�n tengo por favorito.
Esa noche despert� de un sue�o terrible, que, como cualquier sue�o terrible, sonar� rid�culo. No est� en discusi�n la circunstancia ni los h�bitos. Todo lo que vi fue una pista clandestina de autos, a mis cuatro abuelos organizando porras, un sem�foro cambiando a verde y el furioso rel�mpago de un dr�gster que compet�a contra s� mismo. Un f�lico, endiablado y escandaloso dr�gster.
�Zzzzzrrrroaaarrrrrghhh...
Traumas aparte, la mascota ideada por Frito Lay es un m�ster de la voracidad y el l�bido. Se pasea por los anaqueles y las cocinas con esa pachorra y autoridad de los grandes �conos publicitarios �la manzana mordida de Apple, el le�n en celo de Warner Brothers, la mu�eca decapitada de Lynman Records�. No s� a ti. Pero en mi caso, Ch�ster es el testigo peligroso que observa desde una esquina del parque en las tardes lluviosas, que te mira por encima del hombro con sa�a pecaminosa y espera el momento para sacarte de la realidad, hipnotizado, por caminos sin retorno. Y no me dejo. Aunque la pantera se mueva con desparpajo. G�golo, creatura del infierno.
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